Están muy activos nuestros detractores en las últimas semanas. Algunos de sus sitios en facebook hierven de actividad, mientras que un sitio nuevo se une a la ofensiva en nuestra contra: uno que originalmente se denominaba “Amigos del presidente”, (adivinen cuál) y que ahora se llama “Amigos del análisis cuántico”.
El menú que nos aplican sigue siendo el mismo, y no es nada variado:
- el insulto y la difamación, como si pensaran que mentiras e infamias repetidas mil veces se convierten en verdades (haciendo honor a aquel individuo de apellido Goebbels). Chupópteros, apátridas, sanguijuelas, empieza la letanía, pero sustentación y razones serias brillan por su ausencia. O sea, del insulto no pasan. Viven en un universo donde la evasión de impuestos y las exoneraciones a grandes intereses no existen, a pesar de esas dan cuenta de la totalidad del déficit de las finanzas públicas (reconocido esto ni más ni menos que por el Ministro de Hacienda y el periódico La Nación). ¿Será acaso que nos están tomando a los jubilados como chivos expiatorios para desviar la atención de los desinformados acerca de las verdaderas causas de la crisis fiscal? ¿O será que huelen “negocillo” con el tema de las pensiones y la potencial privatización de las mismas les hace agua la boca?
- repetición “mántrica” de los montos nominales de pensión sin acompañarlos de los montos netos, con lo que engañan y enfurecen a los incautos, sumándose así a los medios de “comunicación”, que recitan como loritos dopados “pensiones de diez millones o más”, sin tener la honradez para mencionar que los impuestos y gravámenes que pesan sobre todas nuestras pensiones, incluyendo las más altas, las amarran al tope establecido por ley (4 millones, artículo 44, ley 7531, y según plantilla de deducciones de JUPEMA a noviembre de 2019); esto para que aprendan que las afirmaciones se sustentan con citas verificables.
-pero claro, se incomodan mucho cuando se les citan leyes y reglamentos, porque si las leyes no se ajustan a su conveniencia, entonces las tildan de “leyes fraudulentas”, y acuñan términos como “saqueo legalizado” para referirse a nuestras jubilaciones. ¿No estarían más cómodos en ausencia de un Estado de Derecho? ¿Tal vez les caería mejor una dictadura basada en la calumnia y la estigmatización, en la que se acuse, se juzgue y se condene por medio de turbas de linchamiento? Y eso que nosotros vivimos en teoría una democracia constitucional bajo el imperio de la ley, pero ya vemos el tipo de germen que se incuba dentro de ella.
-pensiones para las que no cotizamos, pensiones inmerecidas, dicen, pero la prueba o la documentación para apoyar su posición no se encuentran por más que uno rebusque en su morral de ignominia e irrespeto. En total contraste, ya hemos demostrado hasta la saciedad en los pocos medios que son lo suficientemente independientes para publicarnos, que esas afirmaciones son totalmente falsas, y lo hemos hecho con números y estadísticas, no con opiniones subjetivas u ocurrencias, y menos con insultos y calumnias. Y a las pruebas nos remitimos: ¿pensarán nuestros detractores que la generación de técnicos y profesionales que contribuyen señeramente al país en la actual pandemia se formaron solitos? ¿O será más bien que las generaciones de jubilados fuimos los que los tuvimos en nuestras aulas y laboratorios durante sus años formativos? Por favor señores, tengan un mínimo de decencia.
¿ Y los amiguitos del análisis cuántico? Lidiamos con ellos en la próxima entrega, ahí veremos cuál es la verdadera calidad de su “análisis”.